Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con deslumbrante maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales en https://amiesobw980072.eedblog.com/38788430/cómo-reaccionaron-los-comentaristas-al-cabezazo-de-zidane