Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como https://margiecaqk841653.madmouseblog.com/19185862/la-provocación-detrás-del-cabezazo-de-zidane